El pensar en ti me ha jugado tantas malas pasadas para bien o para mal... Al final siempre es para mal, pues por más "féliz" que me haga sentir esa droga en que te convertiste, no deja de ser un espejismo, una ilusión.
A veces imagino que me extrañas, que piensas en mi a cada momento, tal y como yo pienso en ti... Imagino que pasas noches en vela deseando mi cuerpo, extrañando mi conversación... Y me ilusiono, y pienso que me buscarás, que muy pronto tú y yo estaremos juntos, que perforarás la frontera que tu orgullo ha levantado yvendrás a buscarme, a abrazarme y decirme que me extrañas.
Pero como siempre, la realidad me pega en la cara, aparece ella y vuelve el dolor.
No, no he querido eliminar ese mensaje en el que me gritaste a la cara que "no había nada", porque necesito un ancla a la realidad cuando empiezo otra vez a volar.
No, no necesito más conmisceraciones, no necesito más lágrimas en mi vida.
Quería que fueras real, pero sólo fuiste un producto de mi imaginación... La única realidad: NO EXISTES...
He de sacarte de mi corazón, aunque tenga que arrancarlo de mi pecho...
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